Cuando el Dr. Bernard Jankelson, un conocido prostodoncista, fundó Myotronics en 1964 después de desarrollar prototipos de instrumentos bioeléctricos para relajar los músculos posturales mandibulares y reproducir gráficamente los movimientos mandibulares, no podía haber imaginado la enorme contribución al campo de la Odontología que habría dado en los años sucesivos. Poco después de que el modelo J-2 Myo-Monitor fue puesto en el mercado en el 1969 como la primera TENS comercial para odontología, los médicos de todo el mundo comenzaron a interesarse en nuevos tratamientos y modalidades de diagnóstico para pacientes dentales. En 1971, Kinesiograph K-1 se convirtió en el hito de la exploración computarizada-mandibular y estableció el punto de partida para que los dentistas de todo el mundo participen en la nueva teoría de diagnóstico dental del Dr. Jankelson: Ortodoncia neuromuscular.
La ortodoncia neuromuscular es una realidad y un procedimiento bien reconocido. Con el paso de los años, los nuevos conceptos y mejoras de la instrumentación han llevado a niveles de excelencia y muchos doctores alrededor del mundo regularmente practican la Ortodoncia Neuromuscular en sus oficinas.
La teoría neuromuscular se basa en la identificación de la posición fisiológica de reposo (PR) de la mandíbula. Esta posición se puede obtener relajando los músculos posturales de la mandíbula a través de TENS (Estimulación Transcutánea del Nervio Eléctrico). El RP representa una posición desacondicionada de la mandíbula en relación con la oclusión y proporciona al médico un punto de partida para establecer una nueva Oclusión Centrica (OC) llamada Myo-Centric. Este procedimiento está bien documentado en vivo durante el Escaneo Mandibular Computarizado y le da al practicante la oportunidad de realmente medir e identificar este nuevo centro.
La ortodoncia neuromuscular (NO) es la aplicación y el uso de este procedimiento para establecer objetivos de tratamiento de ortodoncia con respecto a la función. Esta disciplina se enfoca en los músculos, los nervios y todos los otros tejidos involucrados y parte del sistema estomatognático sin dejar atrás la articulación temporomandibular y los dientes. Durante muchos años, los dentistas se han concentrado en los dientes para una interpretación mecánica de la oclusión, olvidando así los otros dos componentes importantes necesarios para definir una oclusión como funcional: los músculos y la ATM. La postura mandibular desempeña un papel clave en esta imagen y los nuevos datos de investigación en los últimos años respaldan una estrecha.